¿El amor? El amor nos viene en pequeñas cosas, y hay que ser un demente para verlas, porque cuando amamos y eso que no quede duda, ninguna de nosotros los humanos somos cuerdos. La cuestión comienza despacio, ni sospechas que pronto caerás en las redes de un torbellino de alegrías y angustias que sin embargo vale la pena vivir. Poco a poco ese torbellino te envuelve y te haces adicto a sus ráfagas de viento, no importa si te lancen hacia el abismo o te salve de el. Y luego pues ya no queda nada de ti solo un alma que vive y respira a través de otra alma. Y solo hay dos salidas y todas dependen del causante del torbellino, del alma que te tiene condenado. La primera salida es el dolor, las lágrimas, el desamor, viene dada esta salida porque tu amor no es correspondido, aquí te aconsejaría y no soy un gran experto que no te entregues a la soledad, por lo menos no por un largo periodo, porque puede convertirse en tu perdición. La segunda salida y con la que soñamos todos es que nuestro amor sea correspondido, ahí nos convertimos en unos locos sin causa, perdemos toda la razón y ni un cigarro marihuana te hace estar tan subido como el dulce beso de un amor correspondido, volar es poco y es mucho de lo que sientes en esos momentos de felicidad sublime. Es así como el amor se divide pero no importa cual sea el resultado, malo o bueno, vale la pena recorrer ese camino. ¡Así es el amor!
domingo, 23 de noviembre de 2008
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